El dueño de una tienda de zapatos usados en Corea del Sur hurtó 1,200 pares de zapatos haciéndose pasar por un doliente en los velorios.
El ladrón de 59 años llegaba a los velorios con unos zapatos destruidos, se los quitaba para entrar a presentar sus respetos y al retirarse se colocaba los mejores zapatos que encontraba.
Al momento de ser capturado el hombre acababa de sustraer tres pares de un valor cercano a los 1.700 dólares.
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