Investigadores que usaron un helicóptero con control remoto para recoger mocos de ballena, científicos que documentaron a murciélagos manteniendo sexo oral y neozelandeses que descubrieron que usar calcetines sin zapatos puede evitar resbalar en el hielo, estuvieron entre los ganadores de los premios IgNobel 2010.
Los galardones, que otorga cada año el Journal of Improbable Research una semana antes de que se conozcan los "auténticos" Premios Nobel, fueron entregados ayer durante una divertida ceremonia en la Universidad de Harvard en Massachusetts (EE UU).
Karina Acevedo-Whitehouse y Agnes Rocha-Gosselin, de la Sociedad Británica de Zoología, y Diane Gendron, del Instituto Politécnico Nacional en México, recibieron el IgNobel de ingeniería por una nueva fórmula para estudiar enfermedades respiratorias en ballenas. "La técnica implica hacer volar un helicóptero con control remoto sobre una ballena cuando sale a la superficie y atrapan la mucosidad del mamífero en bandejas para recoger muestras situadas en la parte inferior del helicóptero", explicaron los expertos en un comunicado.
El IgNobel de medicina fue a parar a manos de los holandeses Simon Rietveld e Ilja van Beest, por descubrir que los síntomas del asma pueden ser tratados con un paseo en la montaña rusa. Y un equipo de investigadores chinos liderados por Min Tan, del Instituto Entomológico de Guangdong, y que incluyó a Gareth Jones de la Universidad de Bristol, Reino Unido, ganó un IgNobel de biología por documentar científicamente el sexo oral entre los murciélagos de la fruta. "Nuestras observaciones son las primeras que demuestran la felación regular en animales adultos que no son humanos", aseguran los científicos.
Además, los investigadores de derrames petroleros Eric Adams, del Instituto de Tecnología de Massachusetts, Scott Socolofsky de la Universidad A&M de Texas y Stephen Masutani, de la Universidad de Hawái, junto con BP, ganaron un premio "por desacreditar la antigua creencia de que el petróleo y el agua no se mezclan".
Entre los galardonados estuvieron también Alessandro Pluchino y sus colegas de la Universidad de Catania (Italia), por demostrar matemáticamente que las organizaciones serían más eficientes si promocionaran a los empleados de manera aleatoria; Lianne Parkin y sus colegas de la Universidad de Otago, Nueva Zelanda, por demostrar que la gente se resbala y se cae menos en el hielo si usa calcetines sin zapatos; y Richard Stephens y sus colegas de la Universidad Keele en Reino Unido por confirmar que maldecir alivia el dolor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Dinos que opinas de esta noticia..