El momento esperado por todos, por fin ha sucedido y ha llegado a su final. Sin embargo, es el comienzo de una nueva historia para el príncipe William y de Kate. Ellos lucieron felices entre 1900 invitados y entre las miles de personas que rodearon las inmediaciones para intentar ser parte de este suceso.
Como estaba programado, los primeros en llegar a la Abadia, fueron los invitados menos importantes a los más importantes. Estos comenzaron a hacerse presente desde las 8 de la mañana.
Los primeros en desfilar sobre la alfombra santa fueron el Obispo, el arzobispo, la Reina Isabel, y la última y no menos importante en llegar a la Abadía fue la misma Kate Middleton que nos develó lo que todos queríamos saber, y lo que veníamos sospechando. El vestido de la novia fue un hermoso diseño de Alexander McQueen por Sarah Burton, un vestido como dijimos antes, recatado, con poco escote, pero super fino y digno de la princesa. El príncipe William lució un traje escarlata de la Guardia Irlandesa y una banda azul cruzada en símbolo de militar en carrera. Pippa Middleton, la madrina y hermana de Kate, lució un vestido sencillo y un peinado a juego. Henry, al igual que su hermano, lució un uniforme militar de parada. Los niños que hicieron de pajes, estaban vestidos de color crema y llevaban flores en el cabello. Fue muy conmovedor ver los rostros de la familia emocionados esperando y viendo llegar a la novia. La música fue hermosa, conformada por varios coros, entre ellos, uno de niños.
Ya en el altar, ellos pronunciaron sus votos sonrientes, más ella que él, y allí se convirtieron en marido y mujer. Una vez casados, la pareja se retiró de la Abadía en el carruaje construido en 1902, tal como habían anticipado y pesar de que las probabilidades de lluvia existían, el día estuvo de su lado. El clima se mantuvo tranquilo y soleado.
Una vez convertidos en marido y mujer, ellos comenzaron el paseo hasta el palacio de Buckingham escoltados por cuatro caballos blancos y 5 mil agentes de seguridad. La cantidad de personas que se veía a los alrededores realmente, fue impresionante. Millones de personas estuvieron espectantes a todo, esperando a que ellos llegasen al famoso balcón donde se dieron el segundo beso como matrimonio.
Para celebrar dicha unión la Corona dará dos fiestas: una que organizó la reina que es para 650 invitados y otra de 300 para los amigos íntimos. Se dice además que el simpático príncipe Henry, organizó una fiesta al estilo discoteca para 150 invitados, en el que por razones obvias no asistirá la reina, pero si estarán en ella los más jóvenes, incluyendo a David y Victoria Beckham.