Ver la television una media de seis horas al día puede acortar la esperanza de vida en cinco años, mientras que las personas que hacen ejercicio durante 15 minutos al día o 92 minutos a la semana, amplían su esperanza de vida tres años en comparación con las personas que son inactivas.
Según una investigación publicada en la revista British Journal of Sports Medicine. El impacto rivaliza con otros factores de riesgo como fumar o la falta de ejercicio físico.
Para llegar a esta conclusión, investigadores analizaron los datos del Estudio de Diabetes, Obesidad y Estilo de Vida Australiano (AusDiab), con información de 11.000 adultos por encima de los 25 años de edad. A partir de estos datos observaron que cada hora de televisión reduce la esperanza de vida de un ser humano en 22 minutos. Y que un sujeto adulto que pasa frente al televisor una media de seis horas diarias a lo largo de su vida puede ver mermada su longevidad en cinco años frente a una persona que no ve habitualmentel a televisión.
Comparándolo con otros malos hábitos, los autores subrayan que otras investigaciones revelan que fumar está asociado con una reducción de la esperanza de vida en más de 4 años después de cumplir 50, de tal modo que un cigarro supone una reducción aproximada de la longevidad de 11 minutos, el equivalente a media hora de televisión. “Si nuestros resultados se confirman, ver la televisión deberá considerarse un problema de salud pública”, concluyen los autores del trabajo.
"El ejercicio a niveles muy bajos reduce las muertes por cualquier causa en un 14 por ciento", afirma uno de los autores principales del estudio, el profesor y catedrático de la Universidad de Texas (Estados Unidos), Xifeng Wu.
Los investigadores encontraron que el riesgo de muerte por cualquier causa descendió en un 4 por ciento por cada 15 minutos más de ejercicio, llegando hasta los 100 minutos de ejercicio al día durante el estudio. Así, los ejercicios durante 30 minutos diarios añaden unos cuatro años en la esperanza de vida.
En el estudio, que siguió a 416.175 taiwaneses entre 1996 y 2008 durante un promedio de ocho años, los participantes completaron un cuestionario sobre su historial médico y con información sobre su estilo de vida, así como la actividad física que realizaban por semana durante el mes anterior, recogida en función de su intensidad (baja, moderada o alta) y tiempo. Según la investigación, si las personas inactivas en Taiwán hicieran un poco ejercicio diario, una de cada seis muertes podría ser pospuesta. "Sería una reducción estimada de mortalidad similar a la de un programa de control del tabaco con éxito", aseguran los autores.
Los participantes que realizaban menos de una hora a la semana de actividad física fueron clasificados como inactivos, es decir, el 54 por ciento de todos los sujetos. Otros fueron clasificados en un nivel bajo, medio, alto o muy alto sobre la base de la duración y la intensidad de su ejercicio. Así, los investigadores calcularon el riesgo de mortalidad y la esperanza de vida para cada grupo. Los que participan con bajo volumen de ejercicio tenían menores tasas de mortalidad que las personas inactivas, independientemente de la edad, el riesgo de enfermedad de género, el estado de salud, el consumo de tabaco, consumo de alcohol o enfermedad cardiovascular.
"Se debe promover una recomendación de 15 minutos de ejercicio diario", señalan los autores, que concluyen que estos hallazgos pueden estimular a la gente a hacer ejercicio tanto como puedan y que no se sientan frustrados porque no puedan llegar a los 30 minutos diarios que hasta ahora recomendaban los expertos.
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