Un hombre en Fayette, Estados Unidos, disparó un cañón contra la casa de su vecino. La bala de un kilo demolió el costado de la casa destruyendo una ventana, luego una pared y quedando incrustada en un armario. De milagro nadie resulto herido.
Ahora William Edward Maser, de 54 años, dueño del cañón enfrenta cargos por negligencia peligrosa, conducta criminal y desorden. Solo por su adorada recreación bélica.
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